El que dijo que el amor era facil, nunca ha estado enamorado.
Y es que a todos nos ha pasado alguna vez que nos gusta mucho alguien y tenemos tantas ganas de acercarnos y conquistarle, pero no sabemos por donde empezar. Cuando por fin logramos establecer contacto con esa persona, nos hacemos un nudo humano tratando de pensar en temas de conversa que puedan ser adecuados (y no nos hagan parecer mensos desde el primer momento) pero en nuestro entusiasmo mezclado con nerviosismo, terminamos diciendo puras estupideces y despues de reflexionar al respecto, en la tranquilidad del hogar, nos dan ganas de desaparecer por al menos un chilion de anos.